La frase "todo tiene solución" a veces se convierte en una falsa premisa cuando estamos ante un problema que no podemos resolver, o almenos, no de la forma en que, en otras ocasiones, hemos conseguido hacerlo.
Esta frustración en nuestros intentos de salir de esa laberíntica situación nos desespera, nos estresa, nos ofusca y nos sentimos prisioneros de una angustia que crece piuesto que el problema no desaparece, cosa que puede acabar paralizándonos.
Por eso debemos tener presente que, a veces, una respuesta que anteriormente era eficaz para resolver un problema, puede dejar de serlo, por lo que debemos probar soluciones nuevas. Pero, ¿cómo hallamos esas nuevas soluciones?
Primero debemos tener en cuenta, cuáles son las soluciones que estamos aplicando, y debemos aprender a evaluarlas para saber qué resultados nos están aportando, puesto que si las consecuencias de nuestras respuestas no son útiles, además de ineficaces nos someten a un enorme desgaste.
Para ello podemos seguir los cinco pasos que proponen Thomas D’Zurilla y Marvin Goldfried, que nos pueden ayudar en el momento de evaluar nuestros problemas y soluciones:
1. Especifique su problema.
2. Perfile su respuesta.
3. Haga una lista con sus alternativas.
4. Vea las consecuencias.
5. Evalúe los resultados.
De esta forma nos hacemos conscientes de: cúal es realmente el problema, de cuál es la solución que estamos aplicando concretamente, de las posibles respuestas alternativas que podemos probar, de los resultados que tienen nuestras acciones y de si son éstos los resultados esperados.
Aunque parece una fórmula sencilla, y podamos pensar que no encontraremos una mejor solución por el hecho de aplicar estas reglas, en realidad, puede sorprendernos como nuestra mente empieza a ver con claridad.
La mayoría de nosotros creemos tener claro cuyál es nuestro problema ciuando lo tenemos delante y podemos decir que "lo hemos intentado todo" y nada da buenos resultados. Sin emvbargo, tras este simple análisis, podemos descubrir, que la mente estaba centrada únicamente en un problema principal por lo que sólo hayábamos una solución principal que nos llevaba siempre a las mismas consecuencias.
Además , en situaciones, extremadamente difíciles, puede que las soluciones nos desagraden casi tanto como el problema. Pero es precisamente en esos momentos cuando necesitamos tomar una buena decisión. Y las buenas decisiones, a veces no dan resultados inmediatos pero nos facilitan un camino mejor a medio plazo.
Pon a prueba estas sencillas reglas y verás que "no hay problemas imposibles sino soluciones inapropiadas.
Si te gustan los artículos, no olvides dejar tu comentario, nos ayuda a seguir publicando!
No hay comentarios:
Publicar un comentario