lunes, 29 de octubre de 2012

TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD POR EVITACIÓN

Las personas que tienen este trastorno tienen un comportamiento cuyo patrón general es la inhibición social y muy baja tolerancia a las evaluaciones negativas de los demás, por este motivo evitan exponerse a situaciones, lugares o a tener relaciones sociales, si no tienen la seguridad de sentirse aceptados.
Poseen una baja autoestima y eso puede desencadenar, en ocasiones, en episodios ansiosos y/o depresivos. En ciertas personas que lo padecen, aparecen otros problemas de tipo adictivos, como el consumo de drogas o alcohol y problemas económicos ya que en ciertos casos la persona no se siente capaz de trabajar y depende económicamente de la familia.
Este trastorno suele coexistir con el trastorno de la personalidad por dependencia, aunque es probable que también aparezca junto a otros tipos de trastornos de la personalidad como el trastorno límite.
A continuación se expondrán los síntomas más habituales, aunque para hacer un diagnóstico, teniendo en cuenta que solo un profesional puede hacerlo, será necesario que estén presentes cuatro o más de los síntomas que veremos a continuación:

    • Se evitan actividades  involucradas con el contacto interpersonal debido a que la persona siente miedo al rechazo, la desaprobación o la crítica.
    • No establece relaciones o no se implica con la gente si no está seguro/a de que va a agradar.
    • Represión en las relaciones íntimas por temor a ser avergonzado/a.
    • Se preocupa por la posibilidad de ser criticado o rechazado en situaciones sociales.
    • En situaciones interpersonales nuevas, la persona se inhibe y no se implica en ellas debido a sus sentimientos de incapacidad.
    • Tiene una imagen social de sí mismo/a como inepto/a, poco interesante o inferior.
    • Es extremadamente reacio a correr riesgos o a iniciar actividades que puedan resultar comprometedoras.

Como vemos en el trastorno de la personalidad por evitación, existen muchos problemas a la hora de establecer relaciones sociales o de realizar actividades, sobretodo aquellas que puedan estar sujetas a la valoración de los demás. En este trastorno hay marcado un gran sentimiento de inferioridad y de  hipersensibilidad a la crítica así como la necesidad de reafirmación. Todas estas características dan lugar al aislamiento social. Sin embargo la persona sí desea tener relaciones sociales y desarrollar actividades, lo que ocurre es que su intenso miedo al rechazo y a la evaluación negativa, hacen que evite todas las situaciones que impliquen una exposición social.


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