1948. El obrero de ferrocarriles Phineas Gage de 25 años, se dispone a colocar cargas explosivas en la roca. Como siempre, debe colocar la pólvora dentro de un agujero hecho previamente en la piedra y cubrirlo de arena. Después debe aplastar bien la arena hasta que quede compacta y para ello, utiliza una pesada barra de metal de un metro de largo.
Pero Gage se despista y olvida colocar la arena para tapar la pólvora, seguidamente alza la barra con sus manos para aplastar la inexistente tierra sin saber que a partir de ese instante su vida cambiará para siempre.
Cuando la barra de metal entra en contacto con la pólvora se produce una gran explosión. Los compañeros de Phineas lo encontraron a treinta metros del lugar, con la pesada barra atravesando su cráneo.
Pero Gage está vivo, consciente y para los médicos, es un milagro. Se pondrá bien . Dos meses después , recuperado completamente, recibe el alta médica.
Sin embargo, las invisibles secuelas de Phineas empezaron a manifestarse. La barra de metal había afectado a los lóbulos frontales de su cerebro, y debido a eso, Gage cambió su personalidad.
Ya no era un hombre responsable y trabajador, sino que se volvió inconstante, impulsivo, agresivo y descarado. Perdió su trabajo en los ferrocarriles, y todos en los que estuvo después, a veces lo despedían, otras veces él los abandonaba. Y así, fue vagando por el mundo sin una vida estable . Su último empleo fue en el circo. Contando su historia y mostrando sus cicatrices.
A
los 38 años y enfermo de epilepsia, Phineas Gage muere, habiendo
perdido su trabajo, su mujer y su personalidad. Para la ciencia,
el caso de P.G ha servido para conocer las funciones que tienen los
lóbulos frontales del cerebro como son los procesos emocionales y
la personalidad.
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