
Existen
diferentes técnicas de relajación que pueden resultarnos
beneficiosas, en este caso propondremos un ejercicio que requiera
poco tiempo para poder practicarlo a diario.
En
primer lugar elige un momento en el que puedas disponer de cinco
minutos de tranquilidad. No es necesario que te tumbes, puedes
realizar la relajación sentado/a aunque puedes tumbarte si lo
prefieres.
Afloja
tu ropa en la medida de lo posible y acomódate.
Siente
el peso de cuerpo descansando en el lugar en el que estás.
Coloca
tus manos sobre el abdomen e imagina que es un globo. Con cada
inspiración llenarás este globo y al soltar el aire lo
desinflarás. Hazlo muy despacio. Repítelo tres veces.
Recorre
tu cuerpo mentalmente: imagina como tus pies se relajan y pesan,
mientras respiras. Haz lo mismo con tus piernas, muslos, cadera,
pelvis, estómago y pecho.
Pasa
ahora a las extremidades superiores: dedos, manos brazos y hombros.
Llega
a tu cuello, notando cómo se relaja y sigue con la cabeza,
incluyendo la mandíbula, labios, lengua, pómulos, ojos y frente.
Tu
cuerpo entero se relajará. Respira despacio y tómate unos segundos
para disfrutar de este estado.
Poco
a poco empieza a mover tus pies y piernas, notando como circula la
sangre. Haz lo mismo con tus manos y estira los brazos. Si sientes
la necesidad de bostezar, hazlo y empieza a incorporarte lentamente.
Practica
este ejercicio a menudo y empieza a notar sus beneficios!
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