viernes, 9 de noviembre de 2012

TE ACONSEJO

A veces los pensamientos nos asaltan, cruzan sin cesar por nuestra mente sin posarse en ninguna idea idea concreta, sin permitirnos un espacio de tranquilidad. Las ideas son buenas compañeras cuando las recibimos con serenidad y paciencia, cuando, gracias a ellas podemos avanzar.
Sin embargo hay momentos que la mente se inunda de pensamientos confusos que nos desgastan, de preocupaciones que nos asaltan y que no  nos permiten disfrutar de un momento agradable.

Cuando las ideas se tornan cuchillos afilados y no nos dan respuestas, sino que se transforman en una angustia reiterativa; cuando nos bloquean y nos asustan, entonces busca el silencio.
No es fácil tratar de dejar la mente en blanco. Y sobretodo al principio, nos va a costar mucho deshacernos de todo ese tipo de pensamientos. Pero con la práctica, podemos serenar la mente y experimentar esa paz, ese equilibrio.
Busca un lugar tranquilo. Siéntate de forma que te resulte cómoda. Concéntrate en un tu respiración y en cómo los latidos de tu corazón, serán cada vez más pausados y acompasados. Si las ideas vuelven a acecharte, déjalas pasar. No trates de librarte de ellas. Acepta su presencia y vuelve a centrarte en tu respiración tus latidos.
Con el tiempo, te será cada vez más fácil. Las ideas tormentosas perderán su fuerza y tu cuerpo disfrutará del silencio. Un momento de serenidad que te ayudará a disfrutar de los momentos felices y a relativizar los aspectos negativos que haya a tu alrededor.


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