martes, 4 de diciembre de 2012

TU VOZ: LA ISLA PERDIDA



En una isla perdida me hallaba de repente,
bajé de la barquichuela y me senté en la fina arena
que pareciese un tupido velo acariciando mi piel.
¡Qué paraíso terrenal¡.Aquí me siento aislada
del mundanal ruido de la ciudad,
aquí no hay polución, ni casas, ni coches,
ni gente que te pisotee al pasar, ni agobios…
aquí se respira libertad, paz y tranquilidad.
Correteo por la orilla de la playa,
lanzo piedras que bailan al son de las olas,
las caracolas esparcidas sobre la arena
se han convertido en una hermosa gargantilla


que adorna mi cuello.
Me zambullo en el ancho mar como pez en el agua,
mar que pareciese un manto de esmeraldas,
envuelto en una fresca brisa perfumada.
Me embriago de las cristalinas gotas del mar.
¡Todo un paraíso para mí sola¡.
En el cielo azul veo unas gaviotas revoloteando,
y luego se posan en las rugosas rocas desquebrajadas.
Por allí veo cocoteros y palmeas
por los que quiero trepar.
Desde el cocotero diviso una botella acercándose a la orilla,
y dentro hay u papelito enrollado.
Lo leo y dice: Tú vives en libertad,
Y la libertad de vivir en paz,
vale más que todo el oro del mundo.”



María del Carmen Samaniego García



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