martes, 11 de diciembre de 2012

TU VOZ: LLUVIA FASTIDIOSA

Veintidós y veintitrés de octubre de dos mil ocho

Qué inútilmente llueve a veces la melancolía; qué odiosa se vuelve sin ser más que un volátil gas. Conduce a quienes la encuentran por senderos oscuros y llenos de maleza; una maleza de recuerdos. El musgo crece en su regazo, la tierra húmeda deja sus huellas impresas, y el rastro de sus pisadas se aleja por una loma triste y solitaria. Escaparía de ella como de una pestilente ola gigantesca, cada vez que la viese aparecer sonriente y conmovedora. Falso es su ademán; su comisura afable, que rememora con amnistía, como un brebaje que proporciona indulto a todo aquello que el recuerdo esquiva. La tierra empapada y el follaje oscurecido, absorben su mentira, y de ellos emana el gas venenoso de tiempos mejores, que jamás lo fueron. Caiga la espada dócil, sólo, sobre el aire contaminado de engañosa nostalgia; cese el gobierno que ejerce en la voluntad tomada, y perezca, liberando la materia viva y la inerte, de su embrujo desgastado; abran los ojos las bestias, los hombres y las piedras, y luzca o no el sol, ¡salgamos indemnes de ella! Que la nostalgia es pasado, y el pasado persigue, pero no regresa.

Gato Nocturno

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