miércoles, 9 de enero de 2013

ADOLESCENCIA: LA IRA

La ira forma parte del ser humano. Pese a que la rabia ante una situación que nos produce enfado, no aporta ninguna solución, emocionalmente nos da una vía de escape para expresar nuestro malestar. Sin embargo, esta ira nos posiciona en un estado mental negativo que, lejos de calmarnos, contribuye en nuestro enfado .
En la adolescencia, está manera de expresar la rabia es muy común, mucho más de lo que puede serlo en una persona adulta. ¿Porqué? 
Durante esta etapa, las emociones se viven intensamente. Es un momento de cambios y descubrimientos que nos descolocan y que que se entremezclan con esa forma tan intensa de sentir y vivir todo lo que nos sucede alrededor, por lo tanto es habitual ver en un adolescente reacciones exacerbadas.
Sin embargo, a veces, esa ira parece estar fuera de control y llegan a desbordar a los padres e incluso al propio adolescente.
¿En qué debemos poner nuestra atención para analizar si esta ira está fuera de control?

- Al adolescente empiezan a molestarle situaciones que anteriormente no le causaban malestar, por ejemplo: cuando alguien tarda en salir del baño.
- Parece estar seguro de que siempre tiene razón y si enfada si alguien opina de forma contraria a él.
- Empieza a tener comportamientos autodestructivos como pelearse constantemente, infringir la ley, consumir drogas, etc.
- Cuando se enfada su comportamiento es agresico: empuja, grita, insulta, amenaza...
- No permite que le recordemos sus responsabilidades reaccionando con estallidos cuando lo hacemos.

Estos son algunos de los comportamientos que pueden ayudarnos a identificar que la ira del adolescente está fuera de control y que debe recibir ayuda tanto por oparte de los progenitores como de un profesional si se necesitara.
¿En qué se basará la ayuda para controlar la irá?

Algunas de las pautas que se enseñan para el manejo de esta emoción son:

- Usar la respiración profinda para aprender a rerlajarse.
- Preguntarse acerca del verdadero motivo del enfado.
- Aprender a identificar qué fgactores o estímulos desencadenan esa ira.
- Invertir esa energía en el deporte.
- Realizar listados con las tareas pendientes para aprender a organizar el tiempo.
- Mejorar la comunicación.

En algunos casos, la ira puede causar una desestabilización, no sólo del adolescente, sino también familiar, por ello es importante que identifiquemos la magnitud de esa rabia y en caso de comprobar que está fuera de control, empezar a actuar.



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