martes, 8 de enero de 2013

TU VOZ: TIC-TAC


Un día me levanté y me di cuenta de que cada minuto tiene sesenta segundos, y mientras los contaba, consciente de que estaba contando, aquel minuto se me hizo eterno.
Después pensé en que cada hora tenía sesenta minutos, tres mil seiscientos larguísimos minutos.
Y enseguida pensé en las horas que tiene un día.

Tenemos tiempo, mucho tiempo. Pero en lugar de aprobechar cada momento, tratamos de distraernos mientras pasan inadvertidos unos valiosos segundos que podríamos invertir en pasarlos feliz.
La vida es tiempo. Es efímera sí, pero eso nosotros no lo sabemos. Antes de nacer no experimentamos la vida y al morir tampoco. Y ¿Sólo por eso debemos recordarnos a cada instante que hay un principio y un fin? ¿Para qué? Esos momentos son precisamente los que no recordaremos.
Cada minuto tiene sesenta segundos. Si los cuentas, siendo consciente de que estás contando, te darás cuenta de que hay tiempo y de que sólo tú puuedesz elegir cómo llenarlo.


Luna Nueva

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