Tener propósitos es el centro de la felicidad, puesto que esos deseos se van a convertir en la ruta de nuestras vidas, una ruta en la que disfrutaremos de los retos, dificultades y satisfacciones que nos produce mantenernos en el camino escogido.
Pero a veces ese deseo se queda en un pensamiento, en un plan que vamos posponiendo esperando que llegue el mejor momento.
Los mejores momentos no llegan, debemos crearlos, de la misma manera que un escritor no puede esperar eternamente a su inspiración para escribir sino que escribe, corrije y reescribe.
La inspiración es un momento dulce que hay que aprobechar, es el primer impulso para lanzárnos a buscar aquello que queremos, pero una vez desaparezca, debemos seguir andando ese camino con esfuerzo.
Hoy hablaremos de los ingredientes que pueden ayudarte a tener ese primer impulso, pero recuerda: la vida es continua, el camino hacia tus objetivos deben serlo también.
¿Cómo arranco el motor de la acción?
- Escribe tu objetivo.
- Escribe los pasos que debes dar para conseguirlos, desde el más sencillo hasta el más complicado.
-Céntrate en el paso más sencillo y piensa qué maneras tienes de abordarlo, buscando soluciones alternativas a los problemas que se planteen.
Ahora nos centratemos en el marco emocional: muchas veces nos abruma y nos sobrepasa dar ese primer paso, porque nuestra mente aún no está en acción. Ante esto podemos darle a nuestra mente pequeñas dosis de refuerzo para que despierte:
- Haz cosas diferentes: cambia tu ruta diaria, habla con gente con la que no hablas normalmente, víste de un color con el que normalemente no lo haces, prueba alimentos que no hayas probbado antes, visita algún lugar en el que nunca hayas estado, etc.
-Reacciona diferente: por unos días, sólo por unos días, trata de responder ante una situación de forma distinta a la que sueles hacerlo, por ejemplo: si cuando me enfado grito, esta vez respiraré y no diré nada jhasta que me sienta más tranquilo/a; si cuando estoy leyendo pierdo el hilo constantemente y trato de volver a releer, cerraré el libro y leeré más tarde...
- Durante unos días y sólo durante unos días probaré de ver sólo la parte positiva de los demás. Me centraré sólo en los aspectos que me gustan enumerándolos y sólo observaré los positivos.
- Durante unos días saldré a pasear durante unos minutos con la única intención de observar atentamente lo que vea, aunque recorra esas calles a diario, esta vez observaré con atención lo que hay a mi alrededor.
- Sonreír: siempre empezaré una conversación con una sonrisa (siempre que no sea inoportuno dadas las circunstancias) y usaré un tono amable para dirigirme a mi interlocutor. Después observaré qué efectos tiene esta actitud en ellos.
Estos son los ingredientes que pueden hacer que la mente vea la vida desde otra perspectiva, este, para empezar, es un buen combustible para el motor de tu felicidad.
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