miércoles, 29 de octubre de 2014

LA MENTE JOVEN







Los recuerdos nos capacitan. Gracias a que podemos recordar somos capaces de aprender y aplicar lo aprendido, de reconocernos y reconocer el mundo, somos capaces de saber quiénes somos y quienes son los que nos rodean.

Estoy hablando de la memoria incluyendo los diferentes tipos de memoria que conocemos, ya sea la de corto plazo (la información adquirida es de duración limitada si no pasa a la memoria a largo plazo); la memoria a largo plazo (mantiene la información inconsciente hasta que la recuperamos de forma consciente); la memoria sensorial (almacena la información adquirida por los sentidos); memoria semántica (retiene los significados de los conceptos); memoria episódica (almacena datos autobiográficos); memoria de reconocimiento (al revivir algo ya percibido anteriormente se relaciona con la representación previamente adquirida); la memoria declarativa (almacena acontecimientos del mundo y propios); la memoria procedimental (habilidades, destrezas y aprendizajes automatizados).

Como vemos hay varios tipos de memoria, por eso es posible que se den casos en los que, una persona incapaz de retener información nueva, (amnesia anterógrada), puede en cambio recordar quién es y cómo se conduce. O al revés (amnesia retrógrada) pude que la persona aprenda cosas nuevas y adquirir información nueva pero no puede recordar lo que sucedió antes de padecer este tipo de amnesia.

Todas estas memorias nos configuran para que seamos tal y como somos pero con el paso del tiempo, la memoria, como otras funciones biológicas, se va degenerando porque se produce una disminución en la materia de la corteza pre-frontal ( parte del cerebro relacionada con los procesos cognitivos complejos, la toma de decisiones, la adecuación del comportamiento social y la personalidad).

Sabiendo esto, ¿no significa olvidar empezar a dejar de ser nosotros? Supongo que muchos querrían cuestionarse primero quiénes somos o si somos los mismos con el paso de los años. Yo creo que indudablemente no. A lo largo del tiempo adquiero nuevos aprendizajes y olvido otros, dejo de hacer unas cosas y hago otras, abandono una serie de hábitos y adquiero otros nuevos. Supone eso, para mí, que estamos un lento y constante proceso de reafirmación y transformación. Pero la pérdida gradual de la capacidad de almacenar información o la incapacidad de acceder a los circuitos neuronales para recuperar un recuerdo, es una limitación que con el paso del tiempo va in crescendo.


¿Qué podemos hacer? Retrasar esta degeneración estimulando y ejercitando el cerebro.
¿Afecta de alguna manera a la inteligencia? sí. La memoria es el pilar de la inteligencia.
¿ Aumentar la memoria es aumentar la inteligencia? Dentro de ciertos limites, sí.
¿De qué forma podemos contribuir en el cuidado de nuestra memoria?
- Durmiendo bien: el sueño potencia la memoria y repara el desgaste neuronal.
-Actividad física: produce sustancias que promueven el crecimiento y la supervivencia de las neuronas.
-Leer: activa casi todas las regiones cerebrales.



DORMIR BIEN, LEER MUCHO Y TENER ACTIVIDAD FÍSICA
AYUDA A RETRASAR EL ENVEJECIMIENTO NEURONAL.




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