miércoles, 3 de diciembre de 2014

¿CÓMO SABES QUE ES TRISTE?




"Puedo escribir los versos más tristes esta noche..." y sin embargo solo serán tan tristes porque nos emocionamos. La noche no será triste en sí, ni la luna brillará con encanto, ni los árboles de otoño sabrán de tu nostalgia. Y aunque eso no nos importe porque para nosotros en el banco vacío del parque se sentarán nuestros recuerdos a escribir y nuestros sueños se dibujarán en el aire, seguirán las farolas ignorando que su luz se refleja más triste en las noches de soledad.

Nosotros experimentamos y desde nuestro sentir nos parce que el mar es libre, la calle gris es triste y los girasoles ríen. Nosotros teñimos el mundo del color de nuestra emoción y pensamos en consecuencia.
Despegarse de la idea de que, en sí, una cosa no es triste ni alegre, de que en realidad los tristes y alegres somos nosotros, nos deja un cierto sabor a "mentira". ¿Acaso no hay crueldades que nos hieren? ¿ni sonrisas que nos iluminan?  ¿No es cierto entonces, que en el mundo hay cosas buenas y malas? ¿gente que vale la pena, y gente malvada?

No. No es cierto. Llegamos al mundo capacitados para existir, experimentar y modificar el ambiente. Pero eso el mundo ni siquiera lo sabe. A las montañas que divisas no les importa tu hipoteca. ¿Porqué? Claro, son seres sin vida  ¿verdad? Entonces explícale tus desvelos a una planta, a tu gato, a un murciélago. ¿Sigue sin funcionar?  Será que no tienen entendimiento. Entonces explícale a un ordenador tus problemas, tienen una alta velocidad para resolver ciertas cuestiones... ¿Estas no? ¿porqué? claro. No sienten.

Los humanos tenemos capacidades exclusivas como la metacognición que es la capacidad de  atribuir ideas u objetivos a otros sujetos.

  Esto nos permite razonar nuestro propio razonamiento y entender el de terceros.  Podemos saber que hay actitudes, circunstancias que spueden ser dolorosas porque cuando nosotros las hemos experimentado nos han herido mucho. Puede que acertemos adivinando el dolor o la alegría de otros, casi siempre es así porque los humanos nos parecemos más de lo que quizás pensamos.

Esta capacidad nos permite ser empáticos, ponernos en el lugar del otro y eso hace que podamos decidir qué cosas están moralmente bien o mal. Entre culturas observaremos que lo que está bien y lo que está mal puede ser muy distinto. No es que se equivoquen, es que han decidido que eso es "bueno" para ellos. Esto último es importante. La emoción también nos ayuda a saber qué cosas nos hacen daño op nos perjudican. Por ejemplo: si nos afectara el dolor ajeno, no seríamos una especie gregaria probablemente, o no como la entendemos hoy. Y ser gregarios y empáticos nos ha ayudado a sobrevivir como especie.

También un mismo pueblo, con el paso de los años, cambia sus leyes y sus tradiciones, porque las han reexaminado y han decidido que eso ya no es lo "bueno" que les hace daño o les perjudica y pasa a ser "malo".
Como vemos, no hay bueno, malo, triste o alegre en sí. Nosotros le concedemos ese estado a las circunstancias porque es así como las experimentamos.
Por eso si una farola no sabe que su luz es triste ¿porqué sabes que es triste?
Entonces si tu situación te parece triste, insoportable o terrible ¿cómo sabes que lo es
?

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